martes, 5 de diciembre de 2017

7 Años

Julito Rodríguez


Ignacio Ruiz Quintano
Abc

Se cumplen siete años de la militarización (“¡al mando de Defensa!”) por Zapatero de los controladores de Barajas mediante el artículo 116 de la Constitución, que en España es un puente de Calatrava que va de la Carta otorgada de 1978 al dogma de la Inmaculada de 1854.

El dogma de la Inmaculada (la “madonna” angelical de Murillo, basada en un pasaje del Apocalipsis) es una idea teológica que supone el triunfo franciscano (los dominicos opinaban lo contrario) de la doctrina según la cual el alma de María no heredó el pecado original.
Y, en palabras de quienes “con tanto trabajo” la trajeron, la Carta otorgada es “un trato entre gitanos señoritos... metiendo cada cual lo que ha podido... con la misma vaselina que la de ‘El último tango’ (película aún de moda entonces)”.

La Constitución es como un fabuloso “guante Varadé”, antes de que se suicidara La Fornarina.
El guante con que Zapatero aplicó hace siete años a los controladores aéreos el 116, que, al contrario que el 155, que sólo autoriza a “dar instrucciones”, es un artículo serio, como prueba su arranque, “Una ley orgánica regulará…” (jurisdicción militar y a lo negro), algo que tendrían que saber todos esos que andan por los medios como María Soraya, con su bamboleo de beata que llega tarde a misa, bisbiseando la tautología “Estado de derecho”.

Cielo, caos, epidemia… ¡sedición! –bramaba el periódico global para justificar el despliegue barajeño del jemad Julito Rodríguez, un as de la aviación, como Alvarito Palmares (“la Aviación española es muy izquierdista”), para la situación.

¿Y el golpe catalán no pedía un 116?

No entenderemos lo que pasa sin partir de la naturaleza del Régimen que hay delante. El golpe catalán, irreversible con ese Régimen, es un episodio de la guerra partidocrática por el control de las esquinas estatales, y donde la Nación, siendo la que se lo ventila todo, no ventila nada. Sólo el consenso del 155 permitía el pasteleo con Puigdemont, el hijo, ay, del pastelero.